21 de setembre 2016

ALGO MAS QUE AUTONÓMICAS

Los ciudadanos de Galicia y Euskadi acudirán el próximo domingo, 25 de septiembre, a las urnas para escoger a sus respectivos parlamentos autonómicos. Sobre el papel es eso, y nada más, lo que han de elegir en esas comunidades autónomas. No obstante, a nadie se le escapa que los resultados de esos comicios pueden tener una incidencia directa en la complicada situación política española.
Pues bien, en circunstancias como las actuales el buceo en las hemerotecas acostumbra a ser cruel. Por eso ahora, aquellos analistas que celebraban la llegada de nuevos partidos -Podemos y Ciudadanos- porque iban a reemplazar a los nacionalistas como bisagras de las grandes formaciones, están callados como tumbas y miran hacia otro lado cuando se habla de los casi 300 días que llevamos con un gobierno en funciones y, como consecuencia, el país está manga por hombro.
Digan lo que digan las encuestas, después del fiasco de casi todos los sondeos en las últimas elecciones generales, habrá que esperar al domingo por la noche para hacer cábalas sobre posibles pactos y alianzas.  Una cosa sería que PP ganase en Galicia por mayoría absoluta y otra, muy distinta, que PSOE y Mareas puedan formar gobierno. De hecho, no son pocos los que ansían que el PNV necesite unos cuantos votos para gobernar que el PP cedería gustoso, a cambio de recuperarlos en el Congreso para lograr la investidura.
De todos modos, los populares lo tienen difícil para que otras fuerzas les den su apoyo. Aún colea el caso del exministro Soria y al affaire Rita Barbará está en plena ebullición. Además, los de Mariano Rajoy se han de enfrentar a un otoño judicial complicado que empezará, el 4 de octubre, con la vista oral de la trama Gürtel, más los casos Púnica, Taula, Imelsa y Rato sobrevolando el imaginario colectivo.
Tampoco parece que en el PSOE estén para muchas fiestas, a las tensiones internas por falta de debate y comunicación entre varones y el líder, hay que añadir el egocentrismo de algún que otro dirigente. Sólo les faltaba ahora, el escrito de la Fiscalía Anticorrupción solicitando duras penas para los expresidentes de la Junta, Chaves y Griñán, por el caso de los ERE, para enrarecer aún más el ambiente.
Y mientras, en Cataluña, dicen que están “a punt”.
Madre mía como está el patio.

Bernardo Fernández

Publicado en ABC 21/09/16

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