Dicen que un buen político es aquel que se dedica a
resolver los problemas de la gente y no a crearlos. Pues bien, a juzgar por lo
que sucede en nuestro país, los buenos políticos son un bien escaso por estas latitudes. Basta con prestar un
poco de atención a la situación para comprobar la insensatez de muchos de
nuestros dirigentes.
Tomemos como referencia algunas de las noticias que
se han producido en los últimos días.
La semana pasada, el Ministro de Educación, José Ignacio
Wert, comparó el estatus del castellano en las escuelas catalanas con “la
situación del catalán en esas épocas que tanto les agrada recordar”, dijo, en
clara alusión a la etapa franquista. Las declaraciones hechas, teóricamente,
sin micrófono fueron realizadas en los pasillos del Congreso. Éstas se comentan
por si solas y no precisan de ninguna explicación.
Pero es que al día siguiente, La Junta electoral Central dictó una
resolución por la que ordena retirar de “edificios públicos y locales
electorales las esteladas”, para preservar
la neutralidad en campaña electoral. Lo razonable es que esas banderas no se
hubieran puesto jamás en lugares que son de todos, mientras que esa enseña
representa tan sólo a unos, pero ya que se ha hecho y la autoridad ordena
retirarlas se hace y punto. Pues no, a los independentistas, con Artur Mas a la cabeza, les faltó el tiempo para
poner el grito en el cielo, hablar de recortes de libertades y no sé cuántas
incongruencias más. Y, por si no
teníamos suficiente, el Consejero de
Interior, Ramón Espadaler, declara que no se “plantea” quitar las susodichas banderas.
Por si todo eso fuera poco, a renglón seguido, el
ministro del interior del gobierno central y el consejero del mismo ramo de la
Generalitat se
enfrascaron en un cruce de declaraciones con duros reproches por la
irresponsabilidad en la investigación de unos presuntos yijhadistas Según Espadaler, un soplo de la Policía Nacional
advirtió a esos individuos que estaban siendo controlados.
La respuesta del Ministro del Interior,
Fernández Díaz, no se hozo esperar y tachó de “bajeza y ruindad” la acusación
de la policía catalana.
Se supone que estos señores han sido
elegidos para representarnos, velar por nuestros intereses y seguridad. Sin
embargo, se pasan el día tirándose los platos por la cabeza y despotricando,
dando, con su actitud, un espectáculo esperpéntico. Así nos luce el pelo
Bernardo Fernández
Publicado en ABC 20/05/15
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada